
Ya me veo con gorro de cocinera y lustradora, cocinando panqueques con miel. Donde quiera que hay panqueques hay optimismo. Amorcito quieres mermelada o crema chantilly en el postre.
Ella me mira sonriendo, parece volada mientras se recuesta sobre mi espalda y yo soy una alfombra voladora en sus manos. Una maquina con mil pulsaciones que suda, y suda, y mientras suda va soñando.
Me despierto, el refrigerador esta vacio, mi cuarto desordenado, con pulgas, piojos y otros bactricios insoportables que se meten por los pelos como siempre. Con mi mujer soñamos una lluvia de estrellas todas las noches, un ovillo de perfumes y miradas. Despierto a su lado, y a los 5 minutos desaparece y se vuelve un pedacito de baba que cuelga sobre mis labios y tiembla al caer, y ya no es mas que un reflejo minusculo, un pedacito de mi cuerpo que se me escapa, para siempre.