En ausencia de mis pies

En ausencia de mis pies, que andaban distraidos, soñando con cocodrilos amarillos, mis ojotas salieron a caminar, andaron sin rumbo por distintas veredas. Vagabundos idos al azar, sin nada que los sujete bailaron, como turbios borrachos, se embriagaron de arena y sol y siguieron andando.

En realidad estas ojotas no son mias. Pero mis pies al verlas alli descansando se imaginaron al hombre que las habia dejado alli en medio del desierto de Sechura.